miércoles, 13 de octubre de 2010

Has sido como un susurro del viento frío sobre una piel desnuda, un grito en el silencio de un alma torturada, un sonido en la quietud del tormento, una mirada en un mundo ciego. Todo reducido a un día, todo dibujado en un beso. Tu mano en mi mano, tu abrazo en mi cuerpo, tus labios en los míos... Me has enseñado el cielo en tu rostro, los sueños se instalaron entre tu boca y la mía y tus ojos me dieron lo que no quise pedirte pero que tú me regalaste.

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