domingo, 10 de octubre de 2010

Hay una muñeca a la que le sacan las pilas para ver si la pueden poner otras de menos potencia. Le quitan la ropa y le ponen otra. También la llevan a la cocina a hacer comiditas.
La llevan en carro de paseo por el parque, y tiene un set completo de vestiditos. Tiene hasta su propia habitación, que comparte con el resto de juguetes.


Son niños los que juegan con ellas. Pero las muñecas no pueden llorar, los niños sí.

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